Paz, tranquilidad, es a lo que todos aspiran, todos. Pero nunca es eterna, siempre aparece fugaz, momentánea como una fresca brisa en un día de verano. Luego vuelve el sofoco que te ahoga te hunde en el fango y no te deja respirar internándose en tus entrañas hasta que sientes que vas a estallar que necesitas echarlo de tu interior antes de que te consuma por completo. Pero no puedo, la llave que abre la única salida la tienes tú pero no estas. Grito y no apareces, lloro y no me consuelas. Araño esta puerta que me separa de aquella paz tan ansiada tan deseada, pero no estas ahí para abrirla. Las llamas

"We'll be arriving at Vermillion shortly," the loudspeaker echoed across the empty halls. "Thank you for boarding the S.S. Anne. Please be sure to take all your belongings and exit towards…" Ignoring the rest of the announcements, a young 13-year-old leaned over the metal railing to catch a glimpse of the coast. Kanto loomed before her unblinking, hazel eyes as the docks drew closer to the prestigious cruise liner. The waves rolled against the hem of the moving ship, creating white foam that rose up from the depths of the ocean and enveloped the sides of the boat as if welcoming its arrival. As water continued to splash against the S.S.